Seguramente puede parecerte evidente que las montañas se forman por el movimiento de las placas terrestres, que los terremotos son causados por los movimientos de las placas bajo tierra y que los continentes se están moviendo. Pero esto no siempre fue así, de hecho la teoría de las placas tectónicas es bastante reciente y al comienzo no fue fácilmente aceptada. Aquí les dejo una breve historia de cómo surgió esta teoría.
1908: El geólogo aficionado estadounidense Frank Taylor se percató de la similitud de forma que tienen los continentes africanos y sudamericanos y propuso la idea, que parecía ridícula en la época, que los continentes habían estado juntos en algún momento de la historia y se habían desplazado.
1915: Alfred Wegener, un meteorólogo Alemán, se basó en la idea de Frank Taylor, y presentó la primera evidencia para esta teoría. Analizando fósiles de animales en orillas opuestas de océanos se percató que existían los mismos fósiles y que alguno de ellos eran de animales de agua dulce, lo que hacía imposible que estos animales hayan cruzado el océano. Wegener propuso la idea que los continentes habían sido unos solo en tiempos antiguos, al cual llamó Pangea. Pero las ideas de Wegener no fueron muy escuchadas en la época.
1920: Wegener escribe una versión actualizada de sus ideas y se inicia el debate. En esa época (y hasta no hace mucho) se pensaba que al enfriarse la tierra esta se había arrugado formando así las montañas y cuencas oceánica. En ese entonces Wegener no pudo explicar cómo se movían los continentes por lo que los geólogos de la época desecharon rápidamente las ideas de que los continentes hayan estado unidos. Entonces, para explicar el hecho que existieran fósiles similares en lados opuestos de los mares, los geólogos propusieron una teoría de puentes de tierra entre los distintos continentes (a pesar que no existía evidencia alguna al respecto).
1944: Un geólogo inglés llamado Arthur Holmes sugirió que el calentamiento radioactivo el interior de la tierra podía crear corrientes de convección al interior de la tierra que podían tener la fuerza suficiente para desplazar continentes.
1950: En una votación en la asamblea anual de la Asociación Britanica para el progreso de la ciencia, quedó en evidencia que aproximadamente la mitad de los asistentes aceptaba la idea de la deriva continental.
1960: Se comenzaron a estudiar muestras de los fondos oceánicos lo cual reveló que en el centro del océano la corteza era muy joven e iba haciéndose cada vez más vieja tanto hacia el este como hacia el oeste. Con esta información, Harry Hess, un especialista de mineralogía, concluyó que se estaba formando una nueva corteza terrestre en el centro oceánico y que esta iba desplazándose hacia ambos lados y luego se hundía bajo los continentes. Pero las ideas de Hess fueron casi universalmente ignoradas. Paralelamente a la teoría de Hess se estudiaron los campos magnéticos de las rocas descubriendo que los campos magnéticos de Europa y América encajaban perfectamente. Estos descubrimientos también fueron ignorados en su época.
1963: Mediante el estudio de los campos magnéticos de los fondos oceánicos un físico llamado Matthews demostró que los lechos marinos se estaban ensanchando según lo propuesto por Hess y que también los continentes estaban en movimiento.
1964: Se realizó un simposio con las personalidades científicas más importantes y de pronto casi todo el mundo se había convertido a la idea de las placas tectónicas. Sin embargo, incluso en los años 70 y 80, siguieron existiendo geólogos que no creían en esta teoría.
Hoy se sabe que la superficie terrestre está formada por entre ocho y doce grandes placas (según lo que se considere grande) y unas veinte más pequeñas, y que todas se mueven en direcciones y a velocidades distintas. Unas placas son grandes y relativamente inactivas; otras, pequeñas y dinámicas.