De dónde venimos y para dónde vamos, las respuestas de la ciencia a preguntas filosóficas

sábado, 11 de julio de 2009

Parte 1: Nuestros orígenes

La famosa frase de Alberto Plaza, “polvo de estrellas” no es una simple poesía, cada uno de nosotros y todo lo que conocemos es literalmente polvo de estrellas, o más bien cenizas de estrellas…

¿Cómo sabemos que venimos de las estrellas?
El universo en el cual vivimos esta compuesto de galaxias, que son agrupaciones de millones de estrellas. Por observación de estas galaxias, a principios del siglo pasado, el astrónomo Hubble descubrió que todas las galaxias se están alejando de nosotros (tenían todas un desplazamiento al rojo en su espectro lo que se debe al efecto doppler). A partir de esto se descubrió que nuestro universo está en expansión y retrocediendo en el tiempo esta expansión se pudo concluir que todo lo que conocemos surgió en una gran explosión, el big bang.
En esta explosión se crearon los quarks, electrones, fotones, protones y neutrones los cuales se agruparon para crear las moléculas más simples, el hidrogeno primero y luego el helio. Luego el hidrógeno y helio del universo se fueron concentrando en ciertos puntos debido a la gravedad con lo cual que formaron las primeras estrellas.

¿Cómo sabemos que las estrellas están formadas de hidrogeno y helio?
Esto se conoce por observación de los espectros de la luz del sol y de las estrellas. Los espectros nos permiten conocer la composición de la fuente de luz.
Además observando el universo se ha visto el fenómeno de formación de estrellas desde nubes de gas hasta el surgimiento de la estrella. Obviamente esto toma millones de años por lo que no se ha observado el proceso en una misma estrella pero si se ha observado la secuencia de estados en distintas estrellas en formación.

Por lo tanto sabemos con bastante seguridad que el universo en sus inicios tenía solamente estrellas de hidrógeno y helio.

Los elementos de nuestro cuerpo se formaron en el núcleo de estrellas
Cuando una estrella esta en vida transforma el hidrógeno de su núcleo en helio y cuando comienza a morir empieza a transformar parte del helio en carbono, luego transforma parte del carbono en oxigeno que luego da lugar al neón y magnesio para luego dar lugar al silicio y por último se crea el hierro.
Al final de la vida de las estrellas muy masivas, las supernovas, ocurre una gran explosión que por un lado produce elementos pesados como el oro, plomo y uranio entre otros y por otro lado distribuye todos estos nuevos elementos creados al espacio.

Como las primeras estrellas que se formaron eran de gran tamaño tuvieron una vida bastante “corta” de unos cuantos millones de años, lo que permitió que en “poco” tiempo se formara una gran cantidad de elementos distintos al hidrógeno y helio inicial.

Todos estos nuevos elementos, que en cada muerte de una estrella eran arrojados al espacio, forman nubes de gas. En nuevas nubes que contienen grandes cantidades de material formado en explosiones anteriores comienza nuevamente el proceso de formación de estrellas pero ahora permitiendo la formación de planetas rocosos o gaseosos alrededor de la estrella. Esto permitió que en un mismo planeta que esta a la distancia correcta de su estrella como para tener agua liquida se encontraran todos los elementos requeridos para la vida como la conocemos.

Por lo tanto podemos decir que estamos compuestos por cenizas de estrellas, cada uno de los átomos de nuestros cuerpos vivieron millones de años en el núcleo de una o varias estrellas transformándose desde el hidrógeno hasta los componentes de nuestro cuerpo... somos efectivamente polvo de estrellas.

Fuente:
Libro: Supernovas Mario Hamuy y José Maza

2 comentarios

Ferchik dijo...

Y si es así, Dios dónde está?

13 de julio de 2009, 16:51
Anónimo dijo...

Me llama la atención que el autor dice que las cosas SON así y que SUCEDIERON así, y nunca aclara que cree o teoriza, como si en verdad lo hubiera comprobado.

9 de agosto de 2009, 17:32

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